HOMILÉTICA
(TÉCNICAS DE PREDICACIÓN)
INTRODUCCIÓN
Una buena disposición para predicar la palabra de Dios no es suficiente. Se hace necesario aprender a prepararse y además, preparar los temas de las predicaciones. Es cierto que dios con su gracia puede usar predicaciones deficientes, carentes de significado e improvisadas, pero el líder que se descuida en la preparación de los sermones, confiado imprudentemente en la sola “ Inspiración divina” puede llegar a cansar a sus oyentes con predicaciones sin sentido.
Así mismo el líder que solo confía en su habilidad para bosquejar temas, sin buscar la unción y poder de Dios, descubrirá que sus palabras no llegan a tocar los corazones de quienes le oyen.
La preparación y presentación de sermones y temas es un verdadero arte que requiere estudio y adiestramiento. Por tratarse de influir en la mas alta esfera de la vida humana (La espiritual), merece trabajo y esfuerzo mas que cualquier otro arte.
La homilética la podemos definir como el arte de exponer adecuada y efectivamente un tema o sermón. Aunque algunas personas tienen una habilidad natural para predicar con efectividad, todo Cristiano dispuesto también puede lograrlo. Por que la predicación es un arte, que como tal se puede aprender y desarrollar.
Una personalidad apagada puede resultar brillante, si aprende sencillas técnicas para preparar y exponer con éxito cualquier mensaje. Pueden existir ideas y temas muy buenos, pero si no son bien expuestos, pierden brillantes y efectividad.
LECCIÓN Nº 1: VIDA Y PERSONALIDAD DE UN PREDICADOR
Aunque estamos en la era de las comunicaciones, la informática y la cibernética, necesitamos entender que no hay sustituto humano cuando se trata de predicar. Dios llama a hombres y mujeres y los comisiona para llevar su palabra. El método de Dios fue y sigue siendo los hombres.
SER AUTÉNTICO, NO IMITADOR
Aunque existe gran cantidad de textos, de los cuales podemos tomar todos los temas que necesitamos, es muy importante que todo líder cristiano en cualquier nivel de liderazgo, desarrolle sus propios sermones. Un tema propio se predica con mayor fuerza y claridad que un sermón ajeno, a menos que el predicador sepa adaptarlo y desarrollarlo muy bien, vistiéndolo con su propio lenguaje y estilo. En la autenticidad hay gran fuerza. La imitación, por muy buena que sea, deja un vació y frustración inminentes.
Es bueno recordar que Dios no ha hecho dos caras o dos voces iguales: Cada hombre tiene su propia individualidad, con la que Dios lo ha creado. Muchas veces un hombre (o mujer), puede fracasar en su ministerio o en su trabajo, pudiendo tener éxito. Cuando una persona quiere imitar a otra, termina haciendo el ridículo, pues nunca podrá hacerlo igual. Cada hijo de Dios está llamado a brillar con luz propia y a no tratar de resplandecer bajo la sombra de otro.
Cada uno puede llegar a ser en sí mismo el mejor predicador, cuando se consagra a Dios y anhela sinceramente servirle.
En muchas profesiones humanas, la eficiencia es independiente del modo de vivir de la persona que la ejerce. La vida privada de un abogado o de un arquitecto poco afecta su habilidad. Pero no sucede así con los lideres que guían grupos humanos y, mucho menos, si se trata de líderes cristianos.
Toda inconsistencia entre lo que proclama y lo que vive, amenaza seriamente el éxito del trabajo de un siervo de Dios. No significa esto que un siervo de Dios ha de ser perfecto; los grandes líderes de la Biblia no lo fueron tampoco. todos tuvieron sus errores, sus debilidades temperamentales, sus pecados; pero el conjunto de sus vidas presenta un cuadro de fe y vidas transformadas. ( 2 Timoteo 2.21)
En el ministerio Cristiano no basta la fidelidad en la proclamación de la verdad; es indispensable la fidelidad en la practica de esa verdad. De todo siervo del Señor debiera poder decirse: “ Como enseña así vive, y como vive, así enseña.”. Se requiere en todo nivel del liderazgo cristiano, el poder y fruto del Espíritu Santo, los que van siempre inseparables. Algunos líderes muestran bastante Interés por obtener poder espiritual, pero bastante indeferencia por reflejar en su carácter diario el fruto del Espíritu Santo.
El verdadero fruto del Espíritu Santo no consiste en resultados numéricos altos, sino en permitir que dios moldee nuestro carácter, a semejanza de Cristo. Los aspectos débiles de nuestro carácter y conducta pueden cambiar bajo el influjo del Espíritu Santo (Galatas 5.22-23)
Un gran ejemplo de esto es Simón, voluble e inestable como un “terrón de tierra” quien fue transformado en Pedro (piedra). Juan, el discípulo intolerable, se convirtió en el apóstol del amor.
En 1 Timoteo 3.2, la palabra “sobrio”, viene del griego “nefaleon”, que a su vez viene del verbo “nefo”, que se utilizaba para expresar el estado de tranquilidad de espíritu, dominio de los impulsos y control de la tendencia a la soberbia o la ira (Tito 1.7)
La falta de dominio propio ha arruinado más de un ministerio y afectado la vida de algunos siervos de Dios. La sobriedad también se refiere a la seriedad que proyectamos, cuando estemos frente al auditorio. Ciertas bromas y chistes pueden ser útiles para mantener el interés y relajar el ambiente, pero se debe mantener la autoridad, tratando con seriedad, tanto el tema por exponer, como al publico que le escucha. Una constante actitud burlona, lejos de motivar, puede contristar al Espíritu y predisponer a los oyentes.
En contraste con la hospitalidad que hace una persona irritable, el apóstol Pablo afirma que el siervo de Dios debe ser apacible, amable, considerado y tolerante. Un carácter áspero, fácilmente irritable, con escasa capacidad para la sonrisa cordial no es la mejor ayuda para tener éxito con la gente (1 Timoteo 3.3)
La amabilidad es la expresión externa del autentico amor por los que nos rodean cuando somos llenos del amor de Dios, este amor se proyecta en comprensión, paciencia, simpatía profunda hacia los hombres, con sus problemas, necesidades y aflicciones. Este es el imán mas poderoso para llegar a los corazones, pues la mayor necesidad del ser humano es la de sentirse deberás amado. Después de cada predicación siempre habrá alguien que se acerca al predicador con el deseo de contar sus problemas y buscar orientación.
Paralela a esta actitud amorosa y comprensiva, el líder o predicador también necesita desarrollar un carácter firme y enérgico. En el ministerio serán muchas las ocasiones en la que necesitara firmeza y si actúa blandamente, puede hacer daño. La firmeza no debe degenerar en rigidez o incomprensión; más bien debe ir acompañada de prudencia y delicadeza, pero todo esto se deriva de la autoridad espiritual que Dios da a sus siervos.
Hay muchas circunstancias difíciles que rodean a un siervo: los pocos resultados, las debilidades propias y las ajenas, la deslealtad y decepción de los discípulos etc. Todo esto puede quitarle fortaleza, pero puede ser superado con un carácter firme y una inquebrantable fe.
La dedicación (consagración) y la humildad solo se desarrollan cuando hay negación de si mismo (Lucas 14.27). La negación tiene que ver con tomar la cruz; es comprender y aceptar que ya no estamos en el mundo para disfrutar egoístamente, sino para “ servir y dar la vida”. En cumplimiento de la delegación recibida de Dios ( Marcos 10.45)
Solo de los labios de una persona consagrada en cuerpo, alma, y espíritu a Dios, puede brotar palabra de Dios, con poder. La consagración no necesariamente esta relacionada con la agenda. “ No es el que mas tiempo ofrece, es el que mejor tiempo ofrenda, hay hombres muy ocupados que se esfuerzan por darle tiempo de calidad a Dios”.
Otra cualidad para cultivar es la humildad. El ambiente del ministerio es propicio para desarrollar ambiciones de grandeza. Por desgracia, muchos han sucumbido a ellas, anteponiendo su vanagloria personal a la gloria de Dios. En vez de ser colaboradores de Dios, se convierten en sus competidores. En Mas de una ocasión, los apóstoles fueron exhortados a ser humildes (Mateo 18.4; Juan 13.13-16)
Un líder cristiano que constantemente esta predicando debe tener buenas condiciones físicas. La base para disfrutar la vida espiritual a plenitud es un cuerpo y una mente sanos.
Una adecuada nutrición, el dormir las horas necesarias para descansar, el practicar un deporte, hacer ejercicios y cualquier habito sano de distracción nos predisponen para ser mas efectivos en el ministerio.
No olvidemos que además de espíritu, tenemos un cuerpo (que todavía no es glorioso) y un alma (vida psíquica y emocional), con necesidades que, de no ser suplidas afectan también el área espiritual.
La preparación espiritual, emocional y física del predicador es tan necesaria como la del tema por exponer. Si no hay plena identificación entre el predicador y su mensaje , es prácticamente imposible que la predicación sea efectiva. Su responsabilidad como mensajero de Dios le obliga a apropiarse para si mismo del sermón que predica, y esforzarse para poner en practica lo que comparte a su auditorio.
Siempre se ha dicho que la verdad encarnada en la persona que predica. Este es el fundamento de todo verdadero sermón. “Tus hechos me halan tan fuerte, que no me dejan escuchar lo que dices”. “ Medico cúrate a ti mismo”.. .. Son frases populares que expresan la gran necesidad que hoy en día se tiene de lideres, que no hablen “bonito” de Dios, sino que practiquen un estilo de vida desafiante.
Lección Nº 2: CÓMO SE PREPARA UN SERMÓN
1. ELECCIÓN DE UN TEMA
Para preparar un buen sermón, lo primero que se necesita es tener un mensaje definido. “¿ De que boy a hablar?” Y solo podemos estar seguros de lo que sabemos, cuando podemos expresarlo con palabras.
En segundo lugar necesitamos tener claro el objetivo que queremos lograr con el sermón, “¿Por qué voy a hablar de este tema?”. Luego hay que excluir todo lo que no tenga que ver con el asunto. El tema debe estar bien definido y no ser demasiado amplio, para que así permanezca como nota determinante en la mente de las personas que lo escuchan.
Nunca debe escogerse un tema porque es “bonito” o llamativo; se debe, mas bien, conocer la necesidad del auditorio. Para encontrar el tema adecuado, se debe buscar intensamente la guía de Dios, especial para ese momento y esa reunión especifica.
HAY VARIAS GUÍAS PARA ELEGIR UN TEMA DE PREDICACIÓN:
Las necesidades espirituales del grupo:
Como resultado de la Pastoral, un líder podrá detectar las necesidades mas urgentes de sus discípulos y seleccionara un tema con el fin de que estas sean suplidas. Se debe tener en cuenta, cuando se esta predicando, no dirigir el sermón a alguien en particular. Si se tiene algo que decir a un discípulo, se debe hacer personalmente y no desde el atril, pues esto puede producir indisposición y prevención.
Los Devocionales Personales:
Un líder cristiano no debe alimentar a otras almas, manteniendo la suya a escasa dieta. Es bueno tomar nota de las ideas o enseñanzas de nuestros Devocionales personales, pues de lo que aprendemos por revelación es de lo que podemos hablar con mas autoridad. Fruto de la oración y la pastoral constante, Dios guiara para dar justo el sermón que se necesita dar y que la gente necesita escuchar.
La historia Bíblica de manera ordenada:
Es necesario que el pueblo conozca la palabra de Dios, muchas veces a las personas les da pereza leer la Biblia, si el predicador es hábil y metido en oración Dios le da el don para hacer de cada historia Bíblica una enseñanza para la vida personal del pueblo este método seria excelente pues cumple con dos funciones “cubre una necesidad y enseña”
Consideración sobre el entorno:
Debemos estar atentos siempre a lo que pasa a nuestro alrededor, ya sea en la naturaleza o el mismo hombre. Observando cuidadosamente, podemos sacar hermosos sermones que al ser aplicados a la realidad de cada vida resultan muy fructíferos.
Los temas de otros líderes:
Si queremos enriquecernos espiritualmente, debemos ser suficientemente humildes, para captar las enseñanzas que vienen de nuestros lideres o compañeros cristianos y que también son para nosotros fuente de inspiración.
Cuando vamos a compartir un tema de otra persona, debemos adaptarlo a nuestro estilo personal y al grupo mismo, para no encontrarnos repitiendo un “sermón ajeno”
La inspiración y guía de Dios:
La oración es clave para que el tema expuesto satisfaga la necesidad de cada persona que lo oye. En muchas ocasiones, Dios guiara a un líder para que exponga un tema diferente del que había preparado. Si es así, se debe ser muy sensible a la voz de Dios. Los temas no deben cambiarse, para cumplir solo expectativas de la gente. No estamos llamados a decir lo que la gente “quiere” oír. Sino lo que “necesitan” oír.
Al elegir un tema, se deben tener presentes los temas predicados anteriormente, pues no es provechoso insistir en una sola temática, descuidando las demás, a no ser que de antemano se haya ofrecido un seminario sobre temas específicos.
2. ESTRUCTURA DEL SERMÓN
Cuando predicamos lo hacemos desde la plataforma total de la revelación de
Dios al hombre, es decir, tenemos una visión panorámica total de la obra de Dios.
Al elaborar el tema, se debe realizar un plan, a fin de organizar las partes, que llevan al clímax, la exhortación final. Se trata de establecer como una arquitectura mental en la que los pensamientos se expresen de manera ordenada. Nunca un sermón podrá hacer efecto, si solo es el conjunto de buenas ideas expresadas en desorden. (1 corintios14.40)
Cuando buscamos material para el sermón, el primero y mas sencillo método es someter el texto Bíblico a un bombardeo de preguntas:
¿Cuándo fueron escritas estas palabras?
¿A que población se destinaron?
¿Por quien?
¿De que esta hablando el escritor?
¿Qué objetivo se proponía al escribir el texto?
¿Qué enseñanza nos deja?
TODO BUEN SERMÓN CONSTA DE LAS SIGUIENTES PARTES:
El Titulo: indica el tema para tratar
La Introducción: La introducción es el abrebocas del tema y debe responder a la pregunta, ¿Por qué es tan importante el tema?
El Cuerpo o Contenido del sermón: Es el mensaje en si, siguiendo un orden lógico en su exposición
La Conclusión o Aplicación: Es el sierre del Sermón, en el cual se sugiere una aplicación practica del mensaje.
2.1. TITULO:
Una ves escogido el tema, se le debe poner un titulo adecuado. Debe ser breve.
Debe ser atractivo, para despertar la atención, y despertar el deseo de conocerlo.
Debe estar de acuerdo con el tema que se va a tratar.
2.2. INTRODUCCIÓN DEL SERMÓN
Los dos puntos mas importantes de un sermón son la introducción y la conclusión. Con la introducción, obtenemos la atención de los oyentes; con la conclusión, los llevamos al punto decisivo.
Nunca debemos empezar a exponer un tema sin haber motivado al auditorio de tal manera que se les despierte el interés y estén expectantes del mensaje. Hay varias de lograrlo:
Una de las mejores formas de introducción, es la referencia a un hecho actual, o aun incidente que se haya publicado en los periódicos. También se puede introducir el tema explicando el origen del sermón. Es bueno, de vez en cuando, que el predicador cuente sus experiencias personales, los tratos de Dios y en que circunstancias Dios le inspiro ese sermón. A veces resulta necesario al empezar el discurso, hablar del texto, de las circunstancias que rodearon al autor bíblico, y de la situación especifica en que se escribió el texto bíblico.
La introducción no debe ser demasiada larga, ni tampoco sensacionalista, y se debe cuidar que tenga una relación vital con el tema, de tal manera que sea un puente o una transición natural hacia el contenido o cuerpo del sermón.
Se debe evitar cansar, desde el principio, con exhortaciones al arrepentimiento; así mismo, evitar comentarios iniciales de personas con nombres propios.
2.3. CONTENIDO O CUERPO DEL SERMÓN
El cuerpo o contenido del sermón debe ser presentado según una secuencia lógica en su exposición de ideas. El contenido debe tener divisiones y subdivisiones claramente definidas y que guarden estrecha relación entre si. Cada división del tema debe enunciarse de modo breve y claro.
Reglas para ordenar las ideas dentro de un sermón:
* Lo general tiene que preceder a lo particular. Todos los hombres somos pecadores,
tu y yo también lo somos.
* Si tomamos el elemento tiempo, no debemos invertir el orden sino, ir del pasado al
presente, y luego al futuro. Ej. “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
* si hay elementos como manifestación, causa, resultado, inicie por la causa; luego
la manifestación y, por ultimo, el resultado o la consecuencia.
* Siempre se deberá poner de ultimo el punto que lleve a la decisión más importante
que se desea lograr con el sermón.
* En todo sermón debe notarse un avance en los puntos, como un escalón que lleva
a otros.
Divisiones y Subdivisiones:
Las divisiones y subdivisiones del sermón son comparadas con las ramas y tallos que salen del tronco. El tronco del árbol es el tema, del cual salen las ramas (divisiones) de cada rama salen las hijas (subdivisiones). Estas divisiones no se deben hacer arbitrariamente, sino según la necesidad del tema.
Ejemplo del bosquejo de un tema:
Titulo: BÚSQUEDA DEL SEÑOR. Isaías 55.6
1. ¿Qué significa buscar al Señor?
1.1. Es buscar el conocimiento de El. Juan 1.18
1.2. Es buscar su comunión. Colosenses 1.21
1.3. Es buscar su favor. Efesios 3.19-20.
2. ¿Cómo se debe buscar al Señor?
2.1. Con sinceros deseos de tenerle. Sal 42.1
2.2. Por medio de la oración. Mateo 7.7
2.3. Con una búsqueda perseverante
3. ¿Cuándo debemos buscarlo?
3.1. Desde nuestra juventud. Ec. 12.1.
3.2. Mientras vivamos
4. ¿Qué ofrece el?
4.1 Eterna misericordia. Sal 63.3-4
4.2 Abundante perdón. Is. 56.7
El uso de las ilustraciones:
Las ilustraciones son para un sermón lo que las ventanas para una casa: hacen entrara la luz del argumento en la mentes, para aclarar las ideas abstractas que resulten pesadas e incompresibles. Jesús nos da un gran ejemplo en el uso de las ilustraciones, El siempre acudió a las parábolas para aclarar las enseñanzas que daba.
Aun que las ilustraciones son de gran utilidad, no se debe abusar de su uso, porque se corre el riesgo que la gente preste demasiada atención a las anécdotas y olvide los argumentos de la predicación. Cuando las ilustraciones(anécdotas) son personales, se acrecienta el interés del publico, pero se debe tener cuidado de no caer en la pedantería o contar cosas demasiado triviales que pueden resultar aburridas para el auditorio. Las ilustraciones también pueden referirse a noticias del periódico, cuentos, historias, datos biográficos de grandes hombres, artículos sobre ciencias, artes etc.
Lo mas esencial en el uso de las ilustraciones es el modo en que son contadas. Una ilustración excelente puede producir muy poca impresión a los oyentes, si es contada con indiferencia. Si en cambio da demasiados detalles, puede opacar el mensaje central. El predicador debe mostrarse interesado en lo que cuenta y mantener el interés del auditorio, a través de una narración vibrante que estimule la imaginación de los oyentes.
2.4. LA CONCLUSIÓN DEL SERMÓN
Los últimos cinco minutos del sermón son los mas importantes de este. Lo que la introducción y el contenido construyen, debe ser impreso en la mente de los oyentes mediante la conclusión. Alguien decía que la conclusión es la lucha final en la cual se decide el conflicto o la inquietud que el tema ha despertado.
Hay líderes que en su predicación no encuentran la manera de terminar y, por eso divagan, repitiendo lo mismo una y otra vez, hasta que el publico en lugar de sentirse conmovido por el tema, desea ansiosamente que termine pronto. El consejo de los grandes predicadores es: “ Di lo que tengas que decir, y termina cuando lo hayas dicho”.
¿Cómo concluir?
· Hacer una recapitulación
· Realizar un resumen de los puntos principales del sermón, haciendo énfasis en el desafió o la exhortación final
· Use una ilustración o un poema
· Citar una frase ilustre, el verso de una canción o ilustración, siempre buscando impactar la voluntad de los que oyen
· La conclusión es el punto culminante del mensaje y es en este momento cuando el predicador ha de hablar con mayor fervor, no se trata de leer unas líneas escritas en el papel, sino de que el auditorio sienta que esta bajo el poder del Espíritu Santo.
· Se deben evitar frases vagas y de poco sentido; preferiblemente llevar frases preparadas que concreten el mensaje y lo dejen grabado en el corazón de los oyentes.
· Acentuar mas el lado positivo mas que el negativo en la conclusión. El mensaje de Dios es siempre un mensaje de esperanza y de respuesta.
· Abstenerse de cualquier acto que distraiga la atención, como mirar el reloj, dejar caer una hoja, mirar hacia la parte de atrás del publico
25. ORACIÓN FINAL.
El broche de oro es una oración dirigida, en la que los oyentes sean confrontados con la verdad expuesta y animados a ponerla por obra.
Un sermón se debe preparar de tal manera que cada predicación sea un bálsamo, para que todos aquellos que hayan venido con sentimientos de culpa, o que estén pasando por aflicción, se sientan ministrados por el amor de Dios. Esto hará las reuniones deseables para la gente; nunca querrán faltar y ellos mismos estarán motivados a traer personas nuevas. Los sermones fuertes y “golpeadores”. No son muy efectivos. ¿Por qué empeñarnos en abrir la llaga para que penetre la medicina, si esa tarea es del Espíritu Santo?.
LECCIÓN Nº 3: TIPOS DE SERMONES
En líneas generales, el sermón bíblico puede ser catalogado en tres clases:
Sermón textual: Este sermón se limita a exponer y explicar un texto bíblico,
Formado por uno o varios versículos.
Sermón temático: Este sermón se basa en un tema o asunto por tratar
Sermón Expositivo: Es el sermón que comenta un pasaje bíblico, narración o
Parábola de la Biblia
1. SERMÓN TEXTUAL O SECUENCIAL
Los textos Bíblicos pueden ser usados en tres formas por los predicadores
Como de partida para el sermón: En este caso se usa una especie de plataforma desde la cual el predicador se lanza a hablar, muchas veces sin tener en cuenta el contexto, usando el texto como excusa y no como base de la predicación.
Como punto de socorro o apoyo: Otros predicadores dicen su texto y predican, sin orden, pensamientos mas o menos buenos, pero que por lo general no tienen mucha relación con el contexto, muchas veces sin establecer ninguna relación lógica entre las partes del mismo.
Como verdadero texto y fundamento del sermón: el predicador expone y explica un texto bíblico, palabra por palabra. El hecho de exponer un versículo o versículos detallados da autoridad divina al sermón, pues el texto habla por si mismo.
El método mas sencillo para preparar un sermón textual es el de comentar el versículo o porción bíblica, palabra por palabra. Hay textos bíblicos, con los que fácilmente se puede hacer este tipo de sermón, pero no todos sirven para ser desarrollados así.
LECCIÓN Nº 4: EL ACTO DE LA PREDICACIÓN
1. LA PREPARACIÓN PERSONAL DEL PREDICADOR
Comunión constante con Dios:
La primera preparación esta relacionada con su comunión diaria con Dios, y el esforzarse por vivir diariamente en el fruto del Espíritu Santo, en sus actividades regulares y en su ministerio. Un siervo del Señor que es conciente de su elevada misión debe buscar intensamente la dirección y poder del Espíritu Santo porque, sin esto, ni la esmerada preparación del tema, ni sus cualidades oratorias darán los resultados deseables.
Invertir tiempo en la preparación del tema:
La tendencia dominante en nuestros días es no dar suficiente tiempo a la preparación del tema; siempre se esta diciendo que es por el poco tiempo que se tiene.
Un líder cristiano, por lo general es una persona muy ocupada y prepara sus mensajes con excesiva prisa. Esto puede llevar a que repita una y otra vez sus mensajes favoritos, porque carece de otros, desmotivando así a los oyentes, que siempre quieren oír algo nuevo y confortante.
Cuando un líder se coloca frente al auditorio con un corazón y un mensaje debidamente preparado, sus palabras adquieren un poder persuasivo y llegan a la mente y el corazón de los que escuchan. Algo indeseable en un predicador, es que se ocupe tanto de la preparación del tema, que no le queda tiempo para preparase a si mismo.
2. EL USO DE LA PALABRA:
El uso de las adecuadas palabras es el secreto de una buena predicación. La palabra es el reflejo de un proceso de pensamientos, este proceso nos lleva a la selección de las palabras que tanto bien (o tanto daño) pueden hacer.
Hay tres cualidades por tener presentes en nuestras palabras, al predicar:
Precisión: debe haber congruencia entre el pensamiento y las palabras, es decir, que
Las palabras elegidas expresen lo que quieren decir.
Claridad: Se deben eliminar las palabras superfluas e innecesarias
Belleza: es necesario colocarle estética al pensamiento, que estamos expresando
Por medio de nuestras palabras.
La mejor manera de enriquecer nuestro vocabulario es hacer de la lectura un habito diario de nuestra vida, y usar el diccionario como una herramienta en nuestra labor diaria. También es bueno llevar un registro de palabras nuevas y solo usarlas después que conozcamos su significado.
El lenguaje ordinario y grosero no cabe en el léxico de un predicador. Para lograr nuestro objetivo en la predicación, necesitamos ser precisos con el tema, exponerlo de tal forma que los que nos oyen puedan seguir la secuencia, y ponerle pasión de tal manera que mueva los corazones a la acción.