3.1. PREDICACIÓN SIN NOTAS
Algunos líderes de privilegiada memoria, pueden predicar, sin notas, sermones muy buenos, por que han preparado con esmero el tema por días. No improvisan de ningún modo, aunque lo parezca; sino que llevan en la mente el plan del tema y sus frases mas importantes, aunque pueden ampliar y añadir cualquier idea oportuna que se les ocurra en el momento. Este procedimiento es ideal para predicar, pero pocos lo hacen, por que requiere una extraordinaria capacidad mental.
3.2. MEMORIZACIÓN DEL SERMÓN
Algunos predicadores dotados de buena memoria, pero faltos de valor y habilidad para expresar el sermón sin notas, lo memorizan; sin embargo, el publico percibirá que no habla con entera libertad, sino encadenado a un escrito, que no por que no aparece en el atril, se hace menos evidente. Esto ara que aun cuando el sermón sea bueno, la gente lo “menosprecie” y sospechen que la lección aprendida de memoria es de otro.
3.3. LECTURA DEL SERMÓN
Este procedimiento naturalmente es eficaz, cuando se requiere predicar sermones perfectos gramaticalmente, pues está perfectamente pulido. La desventaja que tienen, es que el temor de apartarse de lo que esta escrito impide lanzarse a expresar otras ideas que pueden surgir en el momento.
Este sermón requiere que, al leer el sermón, se note que no solo esta en el papel, sino también escrito en la mente y el corazón, de tal manera que hasta podría predicarse si solo tuviera el bosquejo.
3.4. PREDICACIÓN CON BOSQUEJO
La mayoría de los lideres usa este método, por que reúne varias ventajas. Este método exige menos horas de preparación y no requiere tanto esfuerzo nervioso y mental; además se corre menos el riesgo de caer en la monotonía.
El bosquejo a la vez es un gran auxilio para la memoria y no impone ninguna barrera al predicador. Si este sabe usar el bosquejo, podrá mirar las notas tan discretamente, que el auditorio no se dará cuenta de ello. Los apuntes no deben contener sino las palabras claves, que sean como señales para el predicador, de tal manera que una palabra o corta frase sea suficiente para recordarle todo argumento.
4. EL ACTO DE LA PREDICACIÓN
Cuando ha concluido el estudio, la meditación, la oración a solas, el predicador se encuentra frente al auditorio y debe hablar a los hombres en el nombre de Dios. Para hacer frente adecuadamente a esa situación, no basta la preparación de lo que va a decir, y cómo lo va a decir. Hay factores propios de la predicación que se deben tener en cuenta para que se establezca una comunicación fructífera entre el predicador y el auditorio.
2.1. LA RETÓRICA
Retórica es el arte de componer y pronunciar una pieza de oratoria. Esto incluye tanto el contenido como la expresión del mensaje oral. En un sentido particular, se llama retórica o elocuencia a la forma externa del sermón, que se obtiene mediante la selección de adecuadas imágenes y frases en diversas, que dan amenidad y fuerza a las ideas. Un sermón con ideas debidamente ordenadas facilita la buena comprensión, retención y efectividad del mensaje.
Veamos algunos útiles recursos de oratoria.
La metáfora: Las ideas abstractas o desconocidas son expresadas o aclaradas mediante otras familiares para el oyente, yendo de lo conocido a lo desconocido. Jesús usó abundantemente este recurso, no solamente en sus grandes parábolas, sino también en sus discursos. (Mateo 5.13-26; Mateo 7.7-20)
La metáfora comparativa: Es la forma retórica mas abundante en el texto bíblico, sobre todo en la poesía hebrea, en la cual aparecen dos términos: uno principal que se quiere realizar, ilustrado por otro secundario, mas familiar y mas fácil de comprender.
Ejemplo: “Como el agua fría al alma sedienta, así son las buenas nuevas de lejanas tierras” (Pr. 20:25)
La antitesis: Esta figura consiste en comparar dos cosas enteramente opuestas, para hacer resaltar aquello que se propone exaltar. (2 cor 5.21)
Ejemplo en un sermón: “Que gran amor el de nuestro Dios, aquel que esta sentado sobre el circulo de la tierra, cuya silla es el cielo, y el estrado de sus pies, la tierra, ¡Que haya querido bajar a tanto extremo de pobreza, naciese en un establo y se recostase en un pesebre!
La interrogación y la admiración: La Biblia está llena de estas dos formas incisivas de expresión, especialmente en el libro de Job, los salmos y la carta a los Romanos. Si deseamos que el mensaje llegue al corazón, debemos hacer uso de estas formas de expresión en los lugares y momentos apropiados del sermón (Job 7.17-21,Ro 3.8-11)
Figuras de reiteración: Son muy usadas en la Biblia y por los predicadores modernos más elocuentes. Consiste en volver a decir lo mismo, mediante un sinónimo adecuado que añada nueva luz y color a la inicial expresión de la idea.
Ejemplo de un sermón: “Creo en el amor, creo en la belleza, creo en la justicia, creo a pesar de todo, que en esta tierra el bien triunfara sobre el mal”. En estas palabras se ve el bellísimo efecto que da la palabra “creo”.
2.2. LA ELOCUCIÓN. www.iglesiasoldadosdejesucristo.co
La elocución hace referencia a la correcta pronunciación y entonación del sermón. Algunos aspectos de la voz, tales como el tono, el timbre y la potencia, son ajenos a la voluntad del predicador, pues vienen determinados por factores genéticos; pero hay otros que pueden ser controlados y ventajosamente usados.
Las muletillas:
Cuando el predicador se ve obligado a construir en el mismo atril muchas frases del sermón, y si no esta preparado, encontrara dificultades en formular las frases con la rapidez requerida. Esto hace que introduzca palabras de significado vago, llamadas muletillas, palabras en las que se apoya mientras halla otras palabras.
La velocidad:
* Se debe empezar hablar con calma y sin levantar excesivamente la voz desde el
principio. Ya vendrá la ocasión de hablar con calor en el curso del sermón.
Principie con aire decidido y con un volumen de voz suficiente.
* Acostumbre a hacer las pausas en el lugar que corresponde, y aspire
profundamente entre las pausas.
* La velocidad en la dicción depende del temperamento del predicador, y de la clase
de sermón.
Pronunciación y entonación:
* Se deben articular las palabras distintivamente, corrigiendo los defectos de
pronunciación regionales.
* La voz debe ser clara: hay quienes articulan tan defectuosamente las silabas, que
obligan a quienes los escuchan a agudizar el oído para poder entenderles. Esto
lleva a que la gente se canse. Cuando la pronunciación es correcta, aun el susurro
mas leve puede ser percibido por el auditorio.
* La monotonía es casi insoportable. El tono de voz ha de ajustarse a lo que se esta
diciendo, y a los énfasis que se están haciendo. Cuando se varia el tono, el mensaje
es mas ameno y se hace mas penetrante.
Volumen:
La voz debe ser siempre audible. Es necesario que las personas que se hallan más lejos, capten las palabras del que habla. Una de las maneras de obviar esta situación, es el uso adecuado de micrófono, teniendo cuidado de mantener una distancia adecuada entre el micrófono y la boca, para evitar la distorsión de la voz.
No todos los pensamientos han de expresarse con la misma fuerza. Un sermón pronunciado con lentitud desde el principio hasta el final, aburrirá y cansara; lo mismo si se hace a una velocidad acelerada.
2.3. POSTURA DEL CUERPO Y GESTICULACIÓN:
Todo predicador debe presentarse ante sus oyentes con la máxima pulcritud, lo que no implica ni lujo, ni ostentación. Se requiere mas bien delicadeza y buen gusto; deben evitarse a aquellos detalles de mal gusto que puedan desviar la atención del auditorio: una mancha en el vestido, una punta de la camisa levantada, una corbata con el nudo torcido, zapatos sucios, un maquillaje exagerado(mujeres), y cosas por el estilo, que pueden favorecer muy poco la influencia del predicador en sobre sus oyentes.
Igualmente, debe evitarse cualquier objeto excesivamente vistoso que pudiera distraer la atención. Todo predicador debe cuidar su porte,
Pero recordar que su poder atractivo no es externo, sino que radica en la gloria del mensaje que proclama.
El predicador debe cuidar, además de su porte, tanto su posición en el atril como sus movimientos, La gesticulación es muy útil en el sermón, para dar énfasis y comprensión al tema, siempre y cuando se practique acertadamente y con moderación.
Es necesario suprimir todo gesto raro o ridículo y cultivar la naturalidad. El predicador ante el auditorio no puede dejar de ser quien es, no puede aparecer como si se hubiera transformado en otra persona.
A veces, cuando el predicador se siente objeto de todas las miradas, busca alivio en alguna acción, llevado por su nerviosismo.
A continuación hablaremos de algunos gestos y posturas inapropiadas:
Balancear el cuerpo de un lado a otro del salón.
Levantar las hojas de una punta de la Biblia, rozándolas con el dedo, como
si estuviera buscando el numero de una pagina que no encuentra.
Romper la Biblia a puñetazos, en cada pensamiento pronunciado con énfasis
Ponerse una mano en el bolsillo y, para aliviar la tensión nerviosa, mover algún
objeto escondido en el mismo, como unas llaves, unas monedas etc. Esto distrae
la atención de los oyentes.
Colocar ambas manos en la cintura, “posición en jarras”, esto puede parecer
como un gesto vulgar y ridículo.
Pasar el dedo meñique por las pestañas cuando la memoria nos falla.
Levantar ambas manos al tiempo, resulta exagerado, si se repite con exceso. Es
mas natural levantar una sola mano con el dedo índice en alto y moverlo al
compás de la frase.
Cerrar el puño o a veces ambos puños, y levantarlos en alto, como si amenazara
con ellos al auditorio.
Apoyarse sobre la Biblia, extendiendo el cuerpo hacia delante, como para lanzarse
sobre los oyentes.
La excesiva rigidez del cuerpo, por temor a exagerar movimientos, le quita
expresividad al sermón.
La mejor manera de corregir la postura y los gestos, es pedirle a una persona de confianza que nos evalué, siguiendo los siguientes parámetros.
CUESTIONARIO PARA EVALUAR LA POSTURA DEL CUERPO Y LOS GESTOS:
Actitud general:¿Descuidada?, ¿Tiesa?, ¿Cabeza atrás?, ¿Inclinado adelante?, ¿Manos en los bolsillos?, ¿Movimientos oscilantes del cuerpo?.
Actitud con respecto a los oyentes: ¿Pretenciosa?, ¿De superioridad?, ¿Indiferente?, ¿Amenazante?, ¿Egoísta?.
Expresión facial: ¿Dura?, ¿De estatua?, ¿Muecas con la boca?, ¿Enseña los dientes?
Los ojos:¿Fijos en el espacio?, ¿Mira al techo?, ¿Mira al suelo?,¿Los fija en alguna parte?.
Voz: ¿De garganta?, ¿Nasal?, ¿Chillona?, ¿Monótona?, ¿Normal?.
Volumen: ¿Insuficiente para la sala?, ¿Excesivo al final?, ¿Baja la voz al final? Del párrafo?.
Tono: ¿Demasiado alto al empezar?, ¿Monótono?, ¿Soporífero?.
Velocidad: ¿Demasiado a prisa?, ¿Demasiado despacio?, ¿No varia la velocidad?.
Fraseología: ¿Frases demasiado largas?, ¿Demasiado cortas?, ¿Pausas inapropiadas?
Pronunciación: ¿Correcta?, ¿Es demasiado fuerte?, ¿Consonantes o vocales mal
Pronunciadas?.
Énfasis: ¿Lo pone equivocadamente en palabras que no lo requieren?, ¿Deja de
Ponerlo en palabras que lo necesitan?.
Gestos: ¿Poco movimiento?, ¿Demasiados gestos iguales?, ¿Puño apretado?, ¿Uso
Incorrecto del dedo índice?, ¿Mueve demasiado las manos de arriba hacia
Abajo?.
2.4. LA MIRADA:
Esta factor insignificante, en apariencia, merece la mayor atención. Los ojos tienen una fuerza de expresión superior a la de cualquier otro miembro del cuerpo; no puede negarse que hay ojos que hablan. La mirada de un predicador refleja el fuego de sus convicciones y de sus sentimientos, y penetra poderosamente en el animo del auditorio. Algunos desperdician este precioso recurso; miran a todas partes menos a sus oyentes, como si temiesen el intercambio de miradas, el que siempre es enriquecedor.
Algunas personas, cuando hablan en publico, miran al techo, o al piso, o fijan su mirada en una o en unas pocas personas; lo adecuado es que el predicador cubra con su mirada la totalidad de sus oyentes, no fijándose en cada uno, sino emplear una mirada amplia que facilite la comunicación; así podrá detectar el efecto que sus palabras están produciendo en el auditorio.
Aunque no todos tenemos la habilidad de hablar en publico, todos nos podemos perfeccionar en esta labor. La preparación debe ser integral; no solo incluye el aspecto espiritual, sino técnicas sencillas que harán que nuestro mensaje llegue de manera más efectiva y cause un mayor impacto.
LECCIÓN Nº 5: AYUDAS PARA EL MEJOR MANEJO DE LA VOZ
Con alguna frecuencia, vemos que grandes predicadores están ausentes de su ministerio, a causa de un mal manejo de la voz. Con el paso del tiempo, la voz del predicador se va deteriorando, a tal punto que puede terminar con una voz disfonía, restando así brillo a su predicación. Para evitarlo, debemos insistir en el uso adecuado de la laringe, que es nuestro órgano fonador.
LECCIÓN Nº 2: REGLAS BÁSICAS DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA
INTRODUCCIÓN. www.iglesiasoldadosdejesucristo.co
Para llevar a cabo un cuidadoso estudio de la palabra de Dios, existen reglas cuya aplicación cuidadosa y paciente dejan al descubierto provechosas enseñanzas, y verdades bíblicas que asombraran a quienes inquieren en la Biblia.
Las cinco reglas que estudiaremos en esta lección nos permitirán estudiar con mayor provecho aquellos pasajes que aún no hemos comprendido o que todavía presentan confusión.
1. “ES PRECISO, EN CUANTO SEA POSIBLE, TOMAR LAS PALABRAS
EN SU SENTIDO USUAL Y ORDINARIO”
Los escritores de las Sagradas Escrituras escribieron naturalmente, con el objeto de hacerse comprender. Por consiguiente, debieron valerse de palabras conocidas y de vieron usarla en el sentido que generalmente tenían Averiguar y determinar cual era este sentido usual y ordinario, debe constituir, por tanto el primer cuidado en la interpretación, o recta comprensión de las escrituras.
Hay que tener en cuenta que no siempre el sentido usual y ordinario equivale al sentido literal .O sea, no siempre deben tomarse al “pie de la letra”. Como se sabe, cada idioma tiene sus modos propios y peculiares de expresión, y tan singulares , que si se traducen al pie de la letra, se pierde o se destruye completamente el sentido real y verdadero. Esto debe tenerse en cuenta sobre todo si tratamos del lenguaje de las Escrituras más que de otro libro cualquiera, por estar lleno de modos y expresiones propias y peculiares.
Los escritos Sagrados no se dirigen a cierta clase de personas privilegiadas, sino al pueblo en general; por consiguiente, no se valen de un lenguaje científico y seco, sino figurado y popular. A esto se debe su abundante uso de toda clase de figuras retóricas, símiles, parábolas y expresiones simbólicas. Además, ocurren muchas expresiones peculiares del idioma hebreo, llamadas “hebraísmos”. Es necesario tener todo esto presente para poder determinar cual es el verdadero sentido usual y ordinario de las palabras y las frases.
Ejemplo: En Génesis 6: 12 leemos: “ Toda carne había corrompido su camino sobre la tierra” Si se toman aquí las palabras carne y camino en sentido literal, se pierde por completo el significado del texto. Pero tomándola en su sentido ordinario, al usarse como figuras, es decir carne en sentido de “persona” y camino en sentido de “costumbres o modo de proceder”, ya no solo tiene significado, sino un significado terminante, diciéndonos que toda persona había corrompido sus costumbres. La misma verdad que declara Pablo sin figura; “No hay quien haga lo bueno” (Romanos 3:12)
En Lucas 14:26 Jesús dice “Si alguno viene a mi y no aborrece padre y madre, no puede ser mi discípulo”, lo que, tomando al pie de la letra, constituye una contradicción al precepto de amar aun a los enemigos .Pero acordándonos del hebraísmo, por el cual se expresan a veces las comparaciones y preferencias entre dos personas o cosas, palabras tan enérgicas como amar y aborrecer, ya no solo desaparece la contradicción, sino que comprendemos el verdadero sentido del texto, sentido que sin hebraísmo expresa Jesús mismo diciendo: “El que ama a padre y madre mas que a mí, no es digno de mi” (Mateo 10:37)
Por los ejemplos citados, se puede comprender la necesidad de familiarizarse con las figuras y modos propios y peculiares del lenguaje bíblico. Esta familiaridad se consigue, con un prolongado análisis de las Escrituras, o consultando otras versiones de estudio.
2. “ ES, DEL TODO PRECISO, TOMAR LAS PALABRAS EN EL
SENTIDO QUE INDICA EL CONJUNTO DE LA FRASE”
En el lenguaje bíblico como en otro cualquiera, existen palabras cuyo significado varia mucho, según el sentido de la frase o argumento en que ocurran. Es necesario averiguar y determinar siempre cual era el pensamiento especial que se proponía expresar el escritor .Así, tomando por guía este pensamiento, se podrá determinar el pensamiento positivo de la palabra que ofrece dificultad.
En los siguientes ejemplos, veremos como varia, según la frase, texto o versículo, el significado de algunas palabras muy importantes.
Ejemplos:
Salud: La palabra salud se usa con frecuencia en sentido de salvación del pecado con sus consecuencias; pero tiene, además, otros significados. Leemos que Moisés “pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar salud por su mano” guiados por el conjunto del versículo, comprendemos que aquí la palabra salud esta en sentido de libertad temporal.
Carne: “Les daré un corazón de carne” (Ezequiel 36:26). Es decir, una disposición tierna y dócil.
3. “ES NECESARIO TOMAR LAS PALABRAS EN EL SENTIDO QUE
INDICA EL CONTEXTO. LOS VERSÍCULOS QUE PRECEDEN Y
SIGUEN AL TEXTO QUE SE ESTUDIA”
A veces, basta el conjunto de una frase para determinar cual es el verdadero significado de ciertas palabras. En este caso, debemos empezar mas arriba la lectura y continuarla mas abajo, para tener en cuenta lo que precede y sigue a la expresión oscura. Procediendo así, se hallara claridad en el contexto, por diferentes circunstancias. En el contexto se pueden hallar expresiones, versículos o ejemplos que nos a claran y precisan el significado de la palabra oscura.
Ejemplo, al decir Pablo: “...Podéis entender cual sea mi conocimiento en el misterio de Cristo”, (Efesios 3:4), quedamos indecisos respecto del significado de la palabra misterio. Con los versículos anteriores y los que siguen, encontramos que la palabra misterio se aplica a la participación de los gentiles en los beneficios del Evangelio.
No se debe olvidar que, por el contexto se puede determinar si una expresión se debe tomar al pie de la letra o en sentido figurado. Jesús llama al vino “sangre del nuevo pacto”. Comprendemos, por el contexto, que la palabra sangre debe tomarse en sentido figurado (1 Corintios 11.25).
4. “ES PRECISO TOMAR EN CONSIDERACIÓN EL OBJETIVO DEL
LIBRO O PASAJE EN QUE ESTÁN LAS PALABRAS O EXPRESIONES OSCURAS”
Esta regla no es mas que la ampliación de las anteriores, y se aplica cuando no ofrece suficiente luz, ni el conjunto de la frase, ni el contexto, para aclarar cualquier duda.
El objetivo de un libro o pasaje se adquiere al leerlo y estudiarlo con atención y repetidas veces, teniendo en cuenta en que ocasión y para que personas originalmente se escribió. Por ejemplo, el objetivo de toda la Biblia: Romanos 15:4; 2 Timoteo 3:16; el objetivo de los evangelios lo encontramos en Juan 20:31.
Ejemplos:
Las cartas a los Galatas y a los Colosenses fueron escritas con ocasión de los errores que, con gran daño, procuraban implantar en las iglesias apostólicas los judaizantes que predicaban las obras, la observancia de días y ceremonias judaicas la disciplina del cuerpo y la falsa filosofía.
Teniendo en cuenta el objetivo del libro, desaparecen las contradicciones aparentes. Cuando dice Pablo que el hombre se justifica (se declara sin culpa) por la fe, sin las obras, mientras que Santiago afirma que el hombre se justifica por las obras y no solamente por la fe; desaparece la contradicción aparente desde el momento en que tomemos en consideración el objetivo diferente que llevan las cartas del uno y del otro(Romanos 3:28; Santiago 2:24). Pablo combate y refuta el error de los que confiaban en las obras de la ley Mosaica, como medio de la justificación, rechazando la fe en Cristo; Santiago combate el error de unos desordenados que se contentaban con una fe imaginaria, descuidando o rechazando las buenas obras. Pablo trata la justificación por las obras, delante de los hombres.
5. “ES NECESARIO CONSULTAR LOS PASAJES PARALELOS”
Consiste en explicar las cosas espirituales por las espirituales ( 1 Corintios 2:13)
Los pasajes paralelos se entienden aquí como los que hacen referencia el uno al otro, que tiene entre si alguna relación, o tratan de un modo u otro un mismo asunto. Solo es preciso apelar a tales pasajes paralelos, para aclarar determinados pasajes oscuros, cuando se trata de adquirir conocimientos bíblicos exactos.
Es conveniente observar que hay paralelos de palabras, paralelos de ideas y paralelos de enseñanzas generales.
5.1. PARALELOS DE PALABRAS
* Cuando el conjunto de la frase o el contexto no bastan para explicar una palabra
dudosa, se procura a veces adquirir su verdadero significado, al consultar otros
textos en que se encuentra dicha palabra.
Ejemplo: en Galatas 6:17 Pablo dice: “Traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús”. ¿Qué marcas eran? Ni el conjunto de la frase, ni el contexto lo explica. Acudiendo a pasajes paralelos ( 2 Corintios 4:10; 11: 23-25) aprendemos que las marcas que traía Pablo en el cuerpo, no eran llagas o señales de la cruz milagrosa ni artificialmente producidas, como pretenden algunos, sino marcas o señales de los suplicios sufridos por el evangelio de Cristo.
* Al consultar esta clase de paralelos, conviene seguir el siguiente procedimiento: En primer lugar, buscar el paralelo, ósea, la aclaración de la palabra obscura, en el mismo libro o autor en que se halla; luego, en los demás libros de la misma época y finalmente, en cualquier libro de las Escrituras. Esto es preciso por que a veces varia el sentido de una palabra, según el autor que la usa, según la época en que se emplea, y según el texto en que se utiliza en un mismo libro.
5.2 PARALELOS DE IDEAS.
* Para aclarar un texto determinado, se consultan ya no solo las palabras paralelas, sino las enseñanzas, las narraciones y hechos contenidos en texto o pasajes aclaratorios que se relacionan con el texto oscuro o discutido.
Al decir Jesús: “Sobre esta roca edificare mi iglesia”, Cristo no dice “sobre ti, Pedro”, ni “sobre esta piedra edificare mi iglesia”, sino que dice: “sobre esta roca” ¿Pero, sobre que roca? Nada mejor para aclarar que los paralelos que ofrecen las palabras de Cristo y de Pedro, respectivamente, para determinar este asunto. En Mateo 21:42-44, se nos presenta Jesús mismo como la piedra fundamental, “cabeza y esquina” profetizada y tipificada en el antiguo Testamento. Conforme a esta, idea Pedro mismo declara que Cristo es la piedra viva; la principal piedra del Angulo; en Sion, la piedra desechada por los judíos que fue echa cabeza del Angulo (1 Pedro 2:4,8). Confirma lo mismo Pablo en (1 Corintios 3:10-11). Comparando estos pasajes, se concluye que Cristo no constituye su Iglesia en alguien diferente a él mismo. Pero a Pedro lo considera piedra viva, así como nos considera de la misma forma a todos los que somos edificados sobre Cristo. En la primera carta de Pedro, se da una nueva idea acerca de Cristo (piedra viva). Por lo cual no solo es la piedra fundamental, sino que además llena de vida a todas las piedras que conforman su iglesia: “vosotros también como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual.
5.3. PARALELOS DE ENSEÑANZAS GENERALES
* Para la aclaración y recta interpretación de ciertos pasajes, no son suficientes los paralelos de palabras e ideas; es preciso acudir a las enseñanzas generales de las Escrituras. El que haya textos que a primera vista no parecen armonizar con el objetivo de las Escrituras, se debe al lenguaje figurado de la Biblia, y a la incapacidad de la mente humana de abrazar la verdad divina en su totalidad.
Ejemplo: al, decir “todas las cosas ha hecho Jehová por si mismo, y aun al impío para el día malo”(Proverbios 16:4), ¿querrá enseñar aquí que Dios ha creado al impío para condenarlo, como algunos interpretan este texto?. No, por que según las Escrituras, en multitud de pasajes, Jehová no quiere la muerte del impío, no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Aquí el significado es que el creador de todas las cosas en el día malo, sabrá valerse aun del impío, par llevar a cabo sus sabios designios.
No basta conocer o memorizar reglas y principios para realizar las interpretaciones bíblicas. Se requiere la asistencia del Espíritu Santo, el cual es el único que nos guía a toda verdad y conocimiento; es El quien nos lleva a vivir por revelación, y no por lógica.
Con una mente y un corazón abierto a la revelación, debemos acercarnos a profundizar en las Sagradas Escrituras.